lunes, 2 de abril de 2012

NO PODEMOS ASUMIR EL DISCURSO DE LOS EMPRESARIOS COMO SI FUERA EL NUESTRO. VAN A POR NOSOTROS.






El capital, dueños de la mayoría de los influyentes medios de comunicación intentan tachar de insolidaridad a los trabajadores respecto de los desempleados. La estrategia, vieja como el tiempo, de dividir a quienes sometemos para que no se organicen. Mienten y por mil veces que repitan esa mentira no será verdad. Criminalizan a los sindicatos, que errores habremos cometido, pero que tenemos en nuestra voluntad ser útiles a los trabajadores. Los juzgados han emitido miles de sentencias tras denuncias sindicales que han servido para asentar derechos que nos negaban, los convenios colectivos fijan normas que afectan a los trabajadores, sobre todo a los que trabajan en empresas pequeñas sin control sindical para evitar que el empresario ponga sus propias normas. Eso sale menos en la tele, pero es el pan nuestro de cada día. Las relaciones laborales cambiaron radicalmente desde que los sindicatos conseguimos nuestra legalización. Nadie puede discutir eso.

Ya llevan un tiempo machacando con los liberados sindicales, pero no hablan de los 3000 liberados empresariales que pagamos los trabajadores y que pasan el día buscando formas de legalizar la violación de nuestros derechos para convertirlos en beneficios contables, llevan tiempo machacando con las subvenciones a los sindicatos pero callan que en un 90% los sindicatos nos financiamos con las cuotas de los afiliados y que, sin embargo, estamos a disposición de todos, afiliados o no, y que recibimos menos subvenciones que la fiesta de los toros, la Federación española de Fútbol, los partidos políticos o la iglesia católica; hablan, y no paran, de los piquetes de los sindicatos, pero no cuentan cuantos trabajadores en este país no han podido hacer huelga por miedo a ser despedidos, eso son piquetes empresariales, más sutiles que los sindicales, y sin la amenaza de la policía nacional.

En este país todos los derechos se han conseguido luchando, la misma Democracia se ganó en la calle. Si quieren normalidad que se sienten a hablar con los trabajadores. Eso es lo más normal.

Canadá, Suecia, Noruega, Dinamarca…son ejemplos de cómo se mantienen las condiciones laborales y sociales en plena crisis. Son más competitivos con más formación de sus trabajadores, con más investigación, con más innovación, siendo más competitivos. No consiguen más clientes pagando menos salarios sino dando más calidad (las plataformas latinoamericanas son un ejemplo de cómo pagar menos salario no garantiza más clientes). Quieren que seamos China, pero siempre habrá quien pague menos que en España.


Siempre piden esfuerzos quienes menos lo hacen. España ha tenido 15 años de bonanza, pero las plantillas estaban repletas de personal que no era ni mileurista y nunca repartieron sus beneficios. Ahora quieren que asumamos como propio su discurso del esfuerzo y el sacrificio, ¿pero quien ha hecho siempre los sacrificios y el esfuerzo? Ellos que se queden con su discurso que nosotros pelearemos por nuestros derechos. Es lo que toca.